lunes, 1 de abril de 2013

Batman Prevalece, capítulo 7: La Noche de las Balas



Capítulo 7: La Noche de las Balas
A la noche siguiente, la reinauguración del museo de joyas Cosette de Ciudad Gótica fue la primicia en todos los periódicos, televisores y revistas de interés. Más de 150 personas, la mayoría coleccionistas, habían asistido para ver las hermosas cantidades de diamantes, gemas y cristales de diferentes formas, colores y tamaños que se encontraban en exhibición. Gordon y sus hombres estaban ocultos entre la multitud y disfrazados de civiles, con sus uniformes escondidos bajo grandes camperas y sus armas en los bolsillos de estas. Además, se comunicaban discretamente mediante sus teléfonos portátiles. Habían rodeado secretamente todo el museo, sobretodo la sala de gemas extrañas, donde se encontraba la atracción principal y la razón por la que el museo había abierto sus puertas nuevamente: El fabuloso hallazgo del famoso Diamante de Rubick, de un color azul marino y muy codiciado en casi todos los puntos del globo debido a su gran rareza. No había duda alguna de que el Joker intentaría hacerse con él.

Gordon, que estaba disfrazado con una chaqueta y sombrero negros, observó a toda la gente a su alrededor y todas las salidas. Fue entonces cuando decidió usar su teléfono para comunicarse con el comandante de la S.W.A.T.
     
-¿Todo en orden?-Preguntó, sudando un poco por la tensión.

-Ya lo creo, comisionado-Respondió el comandante desde la otra línea, con tranquilidad-Tenemos cubierta la sala de las cámaras de seguridad y hay hombres en todos los rincones del museo. Ese bastardo no podrá entrar o salir sin que lo detectemos primero. ¡Le haremos hacer comer plomo en cuanto ponga un pie aquí y ni siquiera sabrá qué fue lo que le derribó!

-No lo subestimen-Dijo Gordon-Preparen todas las salidas de emergencia posibles que encuentren por si acaso.

Pero mientras Gordon y el comandante estaban hablando, dos hombres con máscaras de gas y pistolas en mano se habían infiltrado en la sala de control del aire acondicionado, tras acabar silenciosamente con la vida del policía novato que cometió la terrible equivocación de bajar la guardia mientras vigilaba. Uno de ellos sacó de su mochila un pequeño contenedor y lo abrió liberando una especie de gas púrpura y colocándolo rápidamente en los sistemas de ventilación; el otro cortó el aire y, jugando con los controles, se encargó de que todos los conductos se activaran. El extraño gas empezó a esparcirse por todo el museo, rociando a todas las personas que estaban allí y convirtiéndose una niebla espesa que impedía ver hacia algún lado. A pesar de ello, Gordon logró ver  que un hombre gordo que estaba cerca de él estaba riendo con todas sus fuerzas sin sentido alguno, por lo que de inmediato avisó por el teléfono a todos sus hombres que no respirasen y se llevó las manos a la boca y a la nariz. Desgraciadamente, sólo la mitad de los policías recibieron el mensaje a tiempo y la mayoría ya había sido cubierta por la niebla. Todo aquel entre la muchedumbre que había inhalado la toxina comenzó a reír, perder el aire de los pulmones y a expulsar sangre por los lagrimales, para finalmente caer al suelo sonriendo y muerto.

Cuando la toxina se disipó y la niebla desapareció, Gordon y sus hombres restantes se reunieron formando un solo grupo y contemplaron con horror que el museo se había convertido en una galería de cadáveres: Toda la gente que había asistido, incluyendo la mayoría del cuerpo de policía estaba muerta,  con una gran sonrisa en el rostro y las venas expuestas. Nadie había sobrevivido. Sólo quedaban ellos.

La puerta de entrada del museo explotó y los payasos del Joker, armados hasta los dientes, entraron y apuntaron a Gordon a y los demás policías; Estos hicieron lo mismo sin dudarlo ni un segundo. Segundos más tarde, el Joker entró en el museo, vistiendo su clásico traje de criminal con su frac y pantalones morados. Harley venía detrás de él, llevando también su pistola y su disfraz puesto.

-¡Al fin algo de arte moderno!-Dijo riéndose, mientras miraba los cuerpos que estaban en el suelo-¡Empezaba a cansarme de todo ese aire muerto lleno de seriedad y tragedia! ¡Lo llamo Gas Hilarante! ¡Y puedo hacer que cualquiera se caiga de su asiento con él! ¡Ja, Ja, Ja!

-¡Tenía razón, Sr, J! ¡Su toxina funciona perfectamente!-Dijo Harley con admiración.

-¡Esto se acabó, maníaco!-Gritó Gordon, sosteniendo firmemente su pistola-¡Ya ríndete!

-Oh, no creo que esté en posición de arrestar a nadie, comisionado-Respondió el Joker, fingiendo mucha preocupación-¡Como sin duda podrá ver, mis muchachos y yo le superamos en número! Ahora si no le molesta, he venido a llevarme lo que me pertenece.     

-¡Quédate quieto o te volaré la cabeza!-Gritó una voz grave.

Todos miraron a la izquierda y vieron que George Parker, vestido con un esmoquin gris tenía con una pistola al Joker en la mira. Gordon y Harley le apuntaron con  las suyas, mientras que los policías y los matones del Joker siguieron con la vista fija en sus objetivos originales.

-Fuiste bastante estúpido como para no venir armado, payaso-Dijo George, furioso y con ganas de jalar del gatillo-¡Por fin voy a quitar esa estúpida sonrisa de tu cara con un simple disparo y Don estará satisfecho!

-Ah, me lo han dicho tantas veces, Georgie-Empezó a recordar el payaso.

-¡Deja de apuntarle a mi pastelito!-Chilló Harley.

-¡Suelta el arma ahora mismo!-Vociferó Gordon.

-¡Les juro que lo mataré!-Bramó George.

-¡Ya cállense todos o voy a explotar!-Gritó el Joker, mientras se llevaba las manos a la cabeza.

De pronto, la ventana de vidrio del techo se rompió y Batman, con una mirada amenazante y sin decir palabra, cayó en el centro del museo de pie, defendiendo  los policías.

-La fiesta se terminó-Dijo, seria y serenamente-Todos vendrán conmigo.

-Púdrete, murciélago-Dijo uno de los payasos.

En ese mismo momento, el museo se llenó de disparos. Gordon y su pelotón se batieron a balazos con los matones del Joker, con ambos grupos sufriendo muchas bajas. George Parker intentó escapar, pero Batman logró lanzarle un batarang, golpeándole  en la cabeza y dejándolo desmayado; El Joker, por su parte, eliminó a uno de los policías que se le abalanzó encima, apretando la flor de su frac y rociándole con ácido en la cara; Harley disparó y logró asesinar a un detective, para luego pasarle a su novio una pistola de respaldo que tenía colgada en la cintura; Batman combatió con cinco payasos y los derrotó uno por uno sin mucho esfuerzo; Gordon se quedó sin municiones  y debió defenderse con sus manos.

La balacera terminó tan rápido como empezó, con siete hombres del D.C.P.G. muertos, cinco payasos capturados y dos más lastimados. Desgraciadamente, entre la confusión, el Joker había logrado robar el Diamante de Rubick, por lo que él y Harley estaban emprendiendo la huida. Tres de sus matones que aún quedaban en pie los siguieron.

-¿Están bien?-Preguntó Batman a Gordon.

-Estaremos bien-Respondió el viejo agente de policía, mientras ayudaba a sus hombres a esposar a los matones capturados-Llamaremos refuerzos y nos encargaremos. ¡Sólo ve por ese maldito desgraciado!

-De acuerdo-Dijo el Caballero Oscuro.

Batman salió rápidamente del museo por la puerta principal y vio que el auto del Joker se alejaba del museo con mucha prisa.

-Esta vez no escaparás-Dijo, mientras activaba un interruptor que había en un compartimiento de su cinturón.

Fue entonces cuando unas poderosas ruedas destruyeron el silencio de la noche y, desde lo más oscuro de un callejón, emergiendo de un tenebroso callejón, apareció el potente Bat-Móvil. Batman no se lo pensó dos veces: subió a su auto, activó los escudos de defensa y empezó a perseguir al Joker por toda Ciudad Gótica. El motor del Bat-Móvil funcionaba a toda potencia y ambos autos corrían a una impresionante velocidad por las calles de la ciudad. La gente que pasaba por esas rutas se asombró al ver un extraño auto de metal con una cabeza de murciélago en el centro, dos enormes y demoníacas alas y que echaba fuego por atrás. Algunos periodistas lograron sacar fotografías, las cuales se verían en los titulares del diario de Ciudad Gótica a la mañana siguiente.

Uno de los payasos sacó la cabeza por la ventana izquierda trasera del auto y, usando su pistola, gastó sus últimas cinco balas disparando al Bat-Móvil, pero estas rebotaron y cayeron en la calle.
El auto era conducido por uno de los hombres del Joker, mientras que este último estaba sentado a su lado. Harley y los otros dos mafiosos estaban sentados en el asiento de los pasajeros.

-Pastelito-Susurró Harley, mientras miraba por el vidrio de la ventana derecha-No quiero parecer aguafiestas, ¡Pero creo que el murciélago está alcanzándonos!

-¡¿No puedes acelerar un poco más?!-Preguntó el Joker, con desesperación al matón que conducía.

-¡Hago lo que puedo, jefe!-Gritó el matón, sudando por la difícil situación.

-¡Ya no nos quedan municiones!-Dijo el payaso que había disparado.

El Bat-Móvil empezó a lanzar pequeñas canicas llenas de puntas afiladas hacia su presa y estas llegaron a pinchar la rueda derecha trasera. El auto del Joker dio varios giros en sí mismo y, unos minutos más tarde, se estrelló contra el que sería el muro de un futuro edificio que estaba en construcción, liberando las bolsas de aire y logrando afortunadamente que todos saliesen ilesos. Sin embargo, los dos payasos que viajaban atrás habían quedado noqueados. Sólo quedaban conscientes el Joker, Harley y el conductor. Batman estacionó el Bat-Móvil y bajó de él, dispuesto a afrontar lo que pasase.

-¡Estamos atorados!-Gritó el mafioso, mientras intentaba mover el volante y apretaba los frenos.

-¡Pásame tu pistola, Sam! ¡Tengo una idea!-Dijo el Joker.

Sam entregó su arma a su jefe y un segundo más tarde pudo ver cómo este la usaba para reventarle el cerebro.

-Idiota-Dijo el payaso, liberando una pequeña carcajada.

-¿Y ahora qué haremos, pastelito?-Preguntó Harley, tras liberarse del cinturón de seguridad.

-Me temo que tendremos que luchar, terroncito-Respondió su novio mientras cargaba la pistola.

Los dos salieron del auto para ver que Batman estaba ahí afuera, frente a ellos y esperándolos.

-Ríndanse los dos-Dijo el vigilante con su voz seria y fría-Esta noche no dañarán a nadie más.

-¿Quieres apostar, murcielaguito?-Respondió el Joker riendo, mientras se preparaba para disparar.

La primera bala se soltó de inmediato. Como si ya hubiese prevenido lo que iba a pasar, Batman logró esquivar el disparo y lanzó un batarang que golpeó con una gran fuerza la mano del Joker, haciendo que este gritara de dolor y tirara el arma al suelo.

-¡Aléjate de mi pastelito o te destrozaré!-Gritó Harley, entrando en rabia y poniéndose enfrente de Batman.

-¿Cómo puedes amar a un hombre así?-Preguntó el héroe con curiosidad, pero sin cambiar su tono de voz-¿Qué fue lo que te arrastró a unírtele?

-Te lo advierto, aléjate de él-Respondió ella.

-No pelearé con una mujer para llegar hasta él-Dijo Batman-Muévete o te moveré.

-Tendrás que pasar sobre mí, te guste o no-Dijo Harley.

-Si insistes-Respondió él.

Harley comenzó una pelea con el Señor de la Noche a base de golpes y patadas, quedando ambos igualados, ya que ambos eran igual de ágiles e igual de fuertes. Finalmente, Batman logró darle un puñetazo mortal, pero a la vez suave en el estómago, haciéndola caer. Sin embargo, aquella pequeña confrontación con Harley le costó bajar sus defensas, ya que el Joker, que se había recuperado, agarró una barra de hierro del suelo y lo golpeó en la nuca, dejándolo inconsciente.

La oscuridad le rodeó por un largo tiempo. Cuando despertó, Gordon y toda la policía de Ciudad Gótica había rodeado el lugar y metían a los matones del Joker en sus patrullas para llevárselos. Gordon le ayudó a levantarse.

-¿Qué ha pasado?-Preguntó Batman sin perder tiempo.

-Escaparon-Respondió Gordon-Pero ya no tienen a dónde ir. Ahora que Quinn estuvo implicada en el caso, tenemos las pruebas suficientes para cerrar el As de Pique.

-No servirá de nada-Se apresuró a responder él-Lo importante ahora es intentar atraparlos.

-Ya no hay nada que podamos hacer-Dijo Gordon-¿No ves lo que ha hecho? ¡Acabó con la vida de más de un millón de personas y policías como si hacerlo no tuviera importancia! Sus hombres no lo delatarán, por lo que no tenemos ningún testigo que nos diga lo que planea.

-¿Cuándo dije que íbamos a interrogar a sus hombres?-Preguntó Batman-Me refería a él.

Y usando su mano derecha, señaló a George Parker, que estaba a punto de ser metido en una de las patrullas.

CONTINUARÁ...    

3 comentarios:

  1. Jej, Primera y Gran Pelea de tu Historia. Supongo que te basaste en cuando el Joker mato a Bob en Batman 1989 (Ya que aqui el Joker hace lo mismo pero con su conductor Idiota xD).

    Veo que El Sr. Parker está teniendo protagonismo, eso me gusta.

    Hasta se esta pareciendo a mi primer villano inventado de mi serie Loquendo City Stories, pero de eso ya hablaremos, en su debido momento xD.

    Buen Capitulo ;)

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